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Sofía Dourron

Energía y optimismo para toda la vida. 60 años de Ruth Benzacar Galería de Arte

Energía y optimismo para toda la vida. 60 años de Ruth Benzacar Galería de Arte


Noviembre 2025 - Febrero 2026
Ruth Benzacar Galería de Arte

A lo largo de su vida, Federico Manuel Peralta Ramos le dedicó grandes frases a la galería Ruth Benzacar. “Misterio de Economía”, escrita en letras negras sobre fondo blanco, estuvo colgada en la oficina de la dirección de la calle Florida durante casi tres décadas y es probablemente la más icónica de ellas. Menos conocida, aunque no por ello menos emblemática, es la que le da título a esta muestra y se encuentra al dorso de un retrato del artista: “Para Ruth energía y optimismo para toda la vida. Federico Manuel planeta tierra, enero 1985”. Durante cuarenta años, la foto y su vaticinio permanecieron archivados entre fotos de inauguraciones, listas de precios, catálogos y notas de prensa. Apareció, como un designio, gracias a los múltiples procesos de investigación realizados para los festejos del 60° aniversario de la galería y en los últimos meses devino una imagen oracular.

Esta muestra toma la frase como título cuasi-profético para intentar transformar lo que podría ser la narración nostálgica del pasado en augurio venturoso del futuro. Energía y optimismo para toda la vida, la muestra, teje —con ese propósito— cronologías blandas y narrativas tan históricas como afectivas. Busca crear un recorrido a lo largo de la biografía de Ruth Benzacar Galería de Arte que de cuenta de su trayectoria sinuosa, desde la casa-galería, regida por el afecto y la intuición, a la construcción de una institución consolidada, aunque todavía hoy infundida de romanticismo y juventud.

“No tiene la pretensión de un testimonio exhaustivo. Se trata, apenas, de rescatar un símbolo”, escribió Ruth en 1983 cuando, con el retorno de la democracia, inauguró la sede de Florida con una muestra que celebraba el espíritu revoltoso y arriesgado de las vanguardias de comienzo del siglo XX. Hoy también su frase nos acompaña. Así es que, sin pretensiones exhaustivas, sino más bien celebratorias y providenciales, esta exposición se conforma de retazos que entrelazan la historia de la galería con la historia del arte argentino (con sus encuentros y desencuentros), delineando algunos posibles puntos de fuga hacia el porvenir. 

La muestra da cuenta de los primeros pasos de la galería —entre el eclecticismo y el surrealismo— en el PH familiar de la calle Valle, pero también del acompañamiento a las vanguardias de los años sesenta y setenta en el departamento de Talcahuano; el impulso a las corrientes pictóricas de los ochenta, la incorporación de una nueva generación de artistas en los años noventa y la creación de Currículum 0 en la icónica Florida 1000; el respaldo a artistas que crecieron junto a la galería a comienzos del siglo XXI y la consolidación en diálogo con artistas de diversas generaciones que reflejan su espíritu actual. 

Pero, por momentos, la muestra también rehúye de las cronologías para dar lugar a atemporalidades caprichosas y convivencias intergeneracionales. Desde sus inicios, RBGA se ha caracterizado por construir redes donde cohabitan artistas con carreras consolidadas y nuevas voces que, de manera cíclica, renuevan la escena del arte argentino. Este rasgo marca el recorrido de la exposición y refleja la capacidad congénita de la galería para reinventarse, entendiendo la contemporaneidad no solo como una condición temporal, sino como una forma de posicionamiento sostenida a lo largo de más de seis décadas de trabajo.

La muestra comienza y termina con obras de artistas de la generación que vio nacer a la galería: Roberto Aizenberg, Luis F. Benedit y Rogelio Polesello en un extremo, y Delia Cancela y Rómulo Macció, incorporaciones recientes al staff, en el otro. En el medio, el trayecto se detiene en Juan Batlle Planas, Antonio Berni y la Nueva Figuración; Josefina Robirosa y Emilio Renart; artistas que aún hoy, luego de décadas de trabajo conjunto, siguen acompañando a la galería como Liliana Porter y Marie Orensanz; Pablo Siquier, Ernesto Ballesteros y Ana Gallardo; Jorge Macchi, Sebastián Gordín, Marcelo Pombo, Fabio Kacero y Gachi Hasper; Marina De Caro, Miguel Rothschild y Leandro Erlich; artistas que tuvieron sus primeras exhibiciones en la galería como Adrián Villar Rojas y Flavia Da Rin; artistas que protagonizaron el primer cuarto del siglo XXI como Luciana Lamothe, Carlos Huffmann, Eduardo Basualdo, Carlos Herrera y Mariana Tellería; y la nueva generación que se ha sumado a la galería en los últimos años: Stella Ticera, Ulises Mazzucca, Francisca Rey y Andrés Piña. La muestra hace un recorte posible —entre muchos otros— de más de sesenta artistas, para contar seis décadas de historia y empezar a vislumbrar los años que vendrán. 

Con energía y optimismo, esta exposición celebra la resiliencia, el compromiso y la imaginación no solo de una galería de arte, sino también de la comunidad de artistas que la habitaron en algún momento u otro de las últimas seis décadas. Celebra, además, que las instituciones permanezcan y que el arte todavía le pueda dar —invocando otra vez las palabras de Federico Manuel— “vida metafísica a un mundo superfísico”.

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