En 1956 Jorge Edgardo Lezama (Buenos Aires 1921-2011) inició su Especie de diario no íntimo o casi, un cuaderno de hojas lisas que reaparecía entre mudanza y mudanza, en el cual el artista volcaba pensamientos sobre el arte, su práctica como artista y, sobre todo, notas sobre cómo transmitir estas reflexiones a sus alumnos. Formado en los ámbitos más tradicionales de la educación artística argentina de la primera mitad del siglo XX, Lezama hizo su paso por los cursos de la Escuela Superior de Bellas Artes de la Nación Ernesto de la Cárcova, por los talleres de Emilio Centurión y Adolfo De Ferrari, y los de Alfredo Bigatti, Alfredo Guido, Lino Enea Spilimbergo y Pablo Curatella Manes. Él mismo dedicó gran parte de su carrera a la docencia en diversas instituciones oficiales, donde ejerció los roles de docente, rector e interventor, cargando con sus fórmulas, entre Buenos Aires y Mar del Plata, Roma y Milán. El sistema que ideó para comunicar sus conocimientos a sus alumnos consiste en establecer fórmulas que delimiten de manera positiva y verificable los elementos necesarios para la producción artística, por ejemplo: Yo – amor – vida – entorno – signo – comunicación – liberación – línea = dibujo / Dibujo – línea – amor – vida – signo – comunicación – liberación – yo = entorno. En esta concepción del arte, el dibujo opera como átomo, expresión mínima e indispensable de las artes plásticas, compuesto por neutrones y protones tales como el signo, la liberación y la vida misma, elementos inconmensurables en términos científicos. La ignición o acción fundamental para la creación, sólo es posible, aclaraba Lezama, por medio de la experiencia. Es decir, si uno quiere tener algún tipo de resultado positivo en su práctica artística, no tiene más remedio que vivir su vida y dejar que esta invada la obra y viceversa. El lenguaje con el que Lezama plasma sus pensamientos en el papel es una mezcla de pseudociencia y canción romántica, a través del cual la objetividad científica se tensa hasta disolverse ante sus especulaciones existenciales.
En Diario no íntimo o casi. Jorge Lezama, Galería Aldo de Sousa, Buenos Aires, 2019.